Testigos de lo invisible

Dibujo sobre lo que no se ve, lo que es invisible a los ojos pero no al corazón, quisiera hacer presente, dar visibilidad, a algo tan inmaterial como es el mundo del espíritu. Algo vital e inmanente al ser humano, pero que desgraciadamente ha caído en desuso. Vivimos tiempos convulsos, paganos y nos sentimos desorientados. Es una época difícil para los buscadores de la verdad, para los hombres y mujeres que se asoman al misterio de Dios en su propio corazón. En este mundo engañoso y confuso, lleno de todo y vacío de sentido, pretendo dar calma y sosiego con la humildad del papel, la tinta y el dibujo. Es en la pureza de lo pequeño, en lo ordinario que pasa desapercibido, donde nadie busca y donde todo se encuentra. Las tramas de luz nos llevan al infinito. Volviéndome hacia adentro, en el silencio, en el reposo del tiempo, encuentro esa luz que me reconforta, me da aliento. Me hace avanzar esperanzada, sin miedo.

Si nos dejamos acariciar por esa luz, por esa sed de infinito, nos veremos desbordados por una sabiduría que va más allá de todo entendimiento. Entonces experimentaremos la vida como don.