La frontera de lo eterno

Texto instalación One Projet, Art Madrid 2014

En este espacio pintado en dorado con dibujos en papel blanco y tinta dorada, es donde se desarrolla todo el proyecto. Con nada, con los recursos más paupérrimos, lo más pobre y simple que se puedan encontrar, reivindicar así un espacio para mirar hacia lo pequeño, lo que no tiene importancia, lo cotidiano; y reflexionar sobre nuestra nada. Sobre lo que pasa desapercibido a nuestros ojos, pero no a nuestra alma. Creer en lo pequeño, tener confianza, y esperar, esperar esperanzados viendo como lo más humilde, al final, es lo más sagrado. Para ello necesitamos calma, sosiego, templanza. La lentitud es nuestra aliada. Un espacio que nos cobije, que nos proteja, para poder mostrar nuestro yo verdadero, para poder despojarse y descubrir que cuanto más pequeño, más me engrandezco.

Este espacio es una invitación para los hombres y mujeres que se asoman al misterio de Dios en su propio corazón; reconociendo nuestra pobreza, y las contradicciones de nuestra propia historia, descubriremos quienes somos y hacia dónde vamos: Nacimos para el cielo, y esta es la frontera.

Somos torpes para entender, nuestra mente está oscurecida por el mundo y por la debilidad de nuestra condición, y no nos deja ver con claridad, no miramos en profundidad, solo desde la superficialidad. Necesitamos luz, necesitamos ese espacio en nuestra alma, para que pueda entrar esa luz que tanto anhelamos, que nos libera de las sombras, de la tristeza, del vacío que nos aísla.

Somos más proclives a hacer que a dejar hacer en nosotros, estamos tentados por el activismo de nuestro tiempo. Creemos en la fuerza del éxito y en esos logros que fortalecen nuestro ego, decidimos en función de nuestros intereses humanos. Por eso nos cuesta tanto tener fe en un Dios que no vemos en el camino.  Cuesta tanto detenerse y mirar muy dentro. Es tan necesario abrir los ojos a la verdadera riqueza, a la riqueza espiritual, a la auténtica sabiduría que llena de luz el corazón. La que nos da ganas de vivir y nos hace descubrir lo que merece la pena. Si la conociéramos, nos veríamos desbordados por una sabiduría que va más allá de todo entendimiento. Si experimentamos la vida como don, como regalo, dejaremos atrás nuestros miedos y ansiedades por controlar y manejar todo. Nos daremos cuenta que la respuesta al regalo de la vida es la gratitud.

 

 

Se ha dividido el espacio en tres paredes (que son las del stand) en forma de “U”, cada una simboliza una idea. La elección del dorado, del fondo y de los dibujos, es porque el oro tradicionalmente en la iconografía medieval, es el color que representa lo divino, y el blanco es símbolo de pureza, en alusión a los hombre y mujeres de limpio corazón.

1.La pared lateral de la izquierda, hace referencia a los “Hijos de la luz”, son nuestro pasado, son aquellos que vivían en lo invisible, nos enseñan el camino, son una brújula de nuestro destino. Son hombres y mujeres santos, benditos del cielo.

2. La pared central, es la principal, somos nosotros, el presente, aquí y ahora, y hace referencia a eso que llevamos todos dentro, que es parte de nuestra naturaleza y condición: “Portadores del misterio”.

3. La pared de la derecha, es el futuro, y el título nos recuerda para lo que hemos nacido: “Nacidos para el cielo”.

Las tres paredes están inter-relacionadas y conectadas formando un todo. Por eso se ha ideado una composición y distribución de los dibujos, que parte de las esquinas. Esquina como frontera, como espacio que separa un ámbito de otro. Algunos dibujos están partidos por la mitad, para hacer más hincapié en la interconexión de las paredes.

La enmarcación de los dibujos, sigue la misma idea de economía de medios, de pobreza, porque no tienen marco, solo una simple cinta de papel. Esto los hace más etéreos y sutiles, cosa que interesa mucho para reforzar esa idea de precariedad, de fragilidad, de nuestra propia vida. Y de centrarnos en lo pequeño, pobre, que pasa desapercibido.

Los dibujos están hechos todos a base de triángulos, en la iconografía medieval, el símbolo de Dios, era el triángulo. Creo que al utilizarlo en los dibujos, ser la base de todo lo que se crea, es una buena metáfora de Dios, algo que forma todo, que está en todo, pero que no se ve.

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